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Serie “Hábitos del creyente” 

Por Francisco Vergara y Karen Basaure

 

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Tema 10 “No Juzgar”

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Texto: Lucas 6:37

 

“No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados”

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   Cuando vemos a otros realizando diferentes actividades a veces nos convertimos en perfectos expertos de la materia sobre todo cuando el objetivo no se cumple. Por ejemplo, viendo un partido de futbol decimos: “Debería haber esperado, se apuró mucho, debió dar el pase, debió haber pateado a la izquierda, debió haber hecho falta, etc.”

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   Esto no es muy lejano de la vida real, somos expertos mirando los defectos de otros, viendo como cometen errores y teniendo las mejores soluciones a todos los problemas “ajenos”. Lamentablemente también esto sucede en la obra del Señor, llamamos espirituales a los visibles, pero no a aquellos que realizan trabajos sumamente importantes lejos de nuestra vista, y nos enorgullecemos porque nuestros diagnósticos parecen ser ultra espirituales.

 

   ¿Por qué ocurre esto?

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   Porque solo miramos lo que ocurre delante de nuestros ojos y nos convertimos en el profeta Samuel solo mirando las actividades y desempeño natural, y Dios nos responde “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”(1Samuel 16:7)

 

   Hoy más que nunca se necesita gente que trabaje en el anonimato, en las oraciones para sostener el trabajo de pocos visibles, en los que están delante de un computador, celular, video llamada, etc. Hoy los visibles son pocos y los invisibles muchos, y es necesario que entienda que su labor en silencio es tan importante como aquel que se prepara espiritual, mental y físicamente para comunicar el evangelio del Señor. Esos hombres y mujeres tienen que ser cubiertos por nuestras oraciones y ruegos al Señor.

 

   Recordemos las palabras de nuestro Señor Jesucristo “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensara en público”(Mateo 6:6)

 

   Preguntas de Reflexión:

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  • ¿Cómo te has sentido al ser juzgado? ¿Y qué has hecho al respecto?

  • ¿En qué situación te has dado cuenta que juzgaste mal a alguien?

  • ¿Cuáles deberían ser nuestras actitudes para no ser prejuiciosos?

Mayo 2020

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Devocional de oración

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Llegando a la meta

 

“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” 2 Timoteo 4:7 

 

Es emocionante poder terminar objetivos que nos planteamos en la vida. Para los padres cuando su hijo (a) se gradúa en el jardín infantil es un primer gran logro, luego la graduación básica, media y cuando son titulados ¡Qué gran logro! Llegar al matrimonio, es una celebración,  tener su propia casa, su primer auto, ¡un primer hijo! Todas estas cosas son tan naturales pero que gran satisfacción sentimos al lograrlas.

 

A nivel mundial, la llegada a la luna o la vuelta al mundo han sido grandes objetivos que el hombre se ha planteado y lo ha logrado… y todos se han sentido parte de estos grandes pasos.

 

Pablo no logró tener autos y menos llegar a la luna, pero se sentía un hombre triunfante, no necesariamente por que había logrado llegar a metas terrenales, sino porque toda su vida había sido una meta. El expresa: “he peleado la buena batalla”, no dice he ganado la batalla, sino, he peleado… como una acción continua puesto que el estaba mirando la vida del cristiano como una lucha permanente. Luego expresa “he acabado la carrera” en abierto sentido a que su vida estaba terminando y que su meta no era algo que tuviera que ver con logros medibles, o coronas, o trofeos que mostrar, sino con una vida que acabara ¡haciendo la voluntad de Dios!

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Hermano (a), no se cuales son las metas que te hacen sentir triunfante en la vida, puede que te esfuerces en cosas que son muy lindas y buenas, pero temporales, que no perduran. Pero hay algo que durará por la eternidad; una vida que esté dispuesta a ser útil cada día al servicio de nuestro Dios.

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Le animo a orar, a servir, a ayudar, a hacer misericordia, pero no solo una vez a la semana (que muchos toman como día domingo), sino que tu vida diaria sea una meta.

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Estamos continuamente en oración, y Dios nos está llevando a actuar también en acción, Si quieres participar de lo que Dios quiere hacer en estos tiempos, dobla tu corazón y preséntate delante de nuestro Señor, El te llevará a la meta suprema: acabar nuestra carrera triunfantes en Jesús.

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Sigue cada día en oración. Dios bendecirá su iglesia, Dios bendecirá tu vida.

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Ancla 1
Devocionales todos
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